Hipotecarse para comprar una casa es una decisión muy importante para la mayoría de los mortales, por lo que provoca un cierto vértigo sobre todo si es la primera vez, cuando todos los trámites y cálculos que conlleva el proceso son nuevos. Por ello, no está de más poner negro sobre blanco las principales cuestiones que hay que tener en cuenta antes de dar el salto: contrato laboral, salario, endeudamiento y ahorros, que son los cuatro puntos más relevantes que tienen en cuenta los bancos a la hora de analizar al cliente que quiere pedir financiación para adquirir una vivienda
Lo primero que apuntan los expertos es que la edad es un factor clave a la hora de pedir una hipoteca y aunque no hay una edad ‘perfecta’ para hipotecarse, lo cierto es que la “ideal” se situaría entre los 35 y 40 años. En esta franja podemos elegir el plazo de amortización que más nos interese, y por el contrario “si hemos llegado a los 45, será difícil que nos concedan una hipoteca a 30 0 40 años, mientras que por debajo de los 35 años la traba principal es la falta de ahorros y la precariedad laboral.
La entrada en vigor de la nueva ley hipotecaria, los bancos ya declaraban haber endurecido los requisitos a la hora de conceder sus préstamos en la Encuesta sobre Préstamos Bancarios del segundo trimestre del Banco de España y adelantaban que seguirían haciéndolo en los próximos meses. Ahora es más complicado que hace año el hecho de los bancos concedan más del 80% del valor de tasación del inmueble.
Los Indicadores del Mercado de la Vivienda que publica el Banco de España que establecen que el porcentaje de préstamos que superaba el 80% fue del 14,8% en todo el conjunto de 2018, un porcentaje que fue 13,7% en el segundo trimestre de este año. Un cambio que se debe a que la nueva ley que regula el crédito inmobiliario endurece las condiciones para que los bancos ejecuten sus hipotecas por impago lo que aumenta el riesgo de la operación para las entidades financiera.
Esto, en la práctica, quiere decir que el cliente tiene que tener ahorrado ese 20% que no le da el banco más el 10% que necesita para los gastos. Un ejemplo: “Si queremos comprar una casa de 150.000 euros, necesitamos poner 45.000 euros de nuestro bolsillo: 30.000 euros que nos faltan del precio y 15.000 más para pagar los gastos de notaría, registro, tasación, así como los impuestos, que serían el IVA en caso de una casa nueva y el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, en caso de una vivienda de segunda mano”.
Así las cosas, no es de extrañar que los jóvenes millennials piensen que la nueva ley hipotecaria les dificulta el acceso a una vivienda en propiedad, tal y como se desprende de la encuesta que realizó Caskatua.com , el 61% de las personas de entre 25 y 35 años que consultó dicho portal inmobiliario opinaron que la ley hipotecaria no les beneficia en absoluto a la hora de comprar un nuevo inmueble, dado que la norma exige un estudio más profundo de la solvencia actual y futura del comprador.
Eso no quiere decir que tener menos de 35 años sea un impedimento para conseguir hipotecas interesantes, en opinión de los expertos de estos dos comparadores financieros, que informan que en el mercado hay productos que ofrecen unas condiciones distintas si el solicitante es un millennial, entre las que pueden estar un tipo de interés más bajo, que se mantendrá hasta que el hipotecado cumpla los 35 años, menos comisiones o mayor flexibilidad.
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